La percusión
corporal consiste en utilizar el cuerpo como instrumento rítmico, acústico,
tímbrico y dinámico. El cuerpo como instrumento sonoro es lo primero que
debemos utilizar con los niños, antes de cualquier otro instrumento.
Utilizar el
cuerpo como instrumento sonoro, a través de la voz y de la gran cantidad de
sonidos de percusión que podemos producir con él, es un comienzo adecuado para
hacer música, y también avanzamos en el desarrollo del esquema corporal.
La percusión
corporal en la enseñanza musical favorece, además, el desarrollo de las
inteligencias múltiples y es beneficiosa para el trabajo con niños que
presentan dificultades especiales, como nos recuerda en su blog Adriana
Cristina García, profesora de lenguaje musical y coordinadora TIC en el
Conservatorio Profesional de Música en Gijón.
Entre otras
cosas, en los juegos de percusión corporal se trabaja la lateralidad, la
memoria, la concentración, la atención, la comprensión de los elementos
rítmicos y formales o el desarrollo de habilidades sociales y lingüísticas,
etc, pues los alumnos y alumnas interactúan con sus compañeros gracias a
ejercicios de percusión corporal en grupo o por parejas.
A continuación,
os dejo un vídeo dónde se muestra cómo se puede trabajar la percusión corporal
en el aula de niños y niñas y de tres años.
Realizado por Cristina López
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