Los niños necesitan que estas rutinas tengan siempre la misma secuencia para sentirse seguros en su ambiente y alcanzar grandes cotas de autonomía y equilibrio personal.
Mediante la adaptación a las rutinas y el seguimiento de las mismas, los pequeños van conociendo el entorno que les rodea, superando sus miedos y temores a lo desconocido, descubriendo qué es lo que viene después y proporcionándoles la seguridad, tranquilidad y confianza necesaria para una adecuada adaptación y estancia en la escuela; todo lo cual posibilita el desarrollo de una sana autonomía personal (objetivo de la Educación Infantil) y el conocimiento de estructuras temporales y nociones secuenciales, como antes y después, ahora y luego, hoy y mañana.
Por otro lado, los hábitos, son mecanismos estables que crean destrezas y que además, podemos usar para distintas situaciones, como por ejemplo, abrocharse la chaqueta.
No obstante, las rutinas no son actividades rígidas y mecánicas, sino que permiten al niño y a la niña anticipar acontecimientos, relacionar tiempos y espacios, y esporádicamente pueden romperse con los acontecimientos o sucesos extraordinarios como: fiestas, salidas, intercambio de grupos... (para más información pinche aquí).
Los hábitos y las rutinas aportan un mecanismo importantísimo de constancia y regularidad, y por eso, son fundamentales tanto para la vida familiar como la escolar.
A continuación, os dejamos un vídeo de María Solano, creadora de la revista "Hacer Familia", donde también explica la importancia de estos hábitos y rutinas, aunque sin quitarle importancia a los nuevos cambios.
Realizado por Cristina López.
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